Entrevista a José Antonio Benítez

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José Antonio Benítez nació en Río Piedras, San Juan, PR. Tiene un bachillerato en Ingeniería de Manufactura con concentración en Robótica Industrial de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez y la Universidad Politécnica de Puerto Rico. Es egresado de la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón. Publicó su primer libro de cuentos Literatría furtiva en Jazz en 2015. Como persona ciega, desea que todas las lecturas sean narradas (audio libros). Este deseo ha comenzado a ser una realidad, gracias a Lamaruca Editorial, su casa editora.

“Escribo para vivir en la época, moverme por el espacio y hablar con quien me dé la gana. Ese es el poder que tiene la invención más importante de los humanos: la escritura”, dice José Antonio Benítez. Conozcamos un poco más sobre este extraordinario escritor.

Por Sandra Santana

 ¿Cuándo sentiste, por primera vez, el deseo de escribir, de ser escritor?

Creo que en la escuela intermedia. En ese período me fascinaba hacer lecturas y discutirlas con otros estudiantes. La admiración por el autor de la obra me llevó a pensar que yo pudiera influenciar en otros de esa misma manera.

Luego, en el lugar donde me crie, había personas que te prestaban libros. Estos lo hacían desde el supuesto de que el sistema quería controlarnos con lecturas somníferas y que la verdad se encontraba en estas otras lecturas. Resultó en una operación de clandestinaje en la cual el que más leyera estaba más despierto y hacía más resistencia al sistema en una época de mucha turbulencia política, económica y religiosa.

 ¿Quiénes fueron los autores que te conquistaron en tus comienzos como lector? ¿Cuáles son tus preferidos de hoy?

Comencé con caricaturistas como: Rius (Eduardo del Río), Quino (Joaquín Lavado el de Mafalda) y Fontanarrosa (Roberto). Tenían la capacidad de contarte problemas complejos de historia, filosofía y economía con un humor mordaz e irreverente.

Leo mucho más de historia, política, economía y ciencias que de ficción. Entiendo que la ficción usa estas otras disciplinas como fondo, luego hay que leer la una para entender la otra. En eso de la ficción me han impresionado los obligados de muchos: García Márquez, Vargas Llosa, Roberto Bolaño, José Saramago y Julio Cortázar. Ahora leo a Marcela Serrano, Luis Sepúlveda, Elena Poniatowska, Jorge Volpi y a Santiago Gamboa. La novela negra me gusta mucho más y leo a Agatha Christie, a Conan Doyle, al recién fallecido, Henning Mankell, y no me pierdo un ejemplar de la revista mensual Ellery Queen.

 Estudiaste ingeniería y la practicaste por muchos años. Ahora que te dedicas a escribir, ¿qué significa la literatura para ti en esta etapa de tu vida?

Tener la oportunidad de influenciar en alguien es algo fabuloso. Que alguien te lea y reorganice los patrones neuronales por el mensaje que le enviaste es para mí el premio. Estudié la ingeniería de manufactura. En ella se fabrican cosas y me di cuenta de que en la «fabricación» de un texto, también hay reglas y el objetivo, tanto de los textos como los productos, es que la cosa funcione. El libro es un producto, aunque las letras sean parte de la creación artística, entonces ahí hay otra similitud.

Representa un gran reto para mí hacer diagramas y diseños en tres dimensiones siendo una persona ciega, pero la escritura me permite describir cualquier cosa para crear esa imagen en la mente del lector.

Dicen que las historias escogen a los autores y no al revés. ¿Estás de acuerdo?

No, no estoy de acuerdo, pues el conflicto, el golpe y el final lo debo tener antes de comenzar a escribir, entonces yo la busco a ella. Entiendo que la parte más difícil son las razones por las cuales vas a contar una historia y quiénes serán tus lectores. La ortografía y la gramática son como la receta de cocina: sabérsela es necesaria, pero sin ingredientes no se puede cocinar nada. Hay que estar donde las historias se emiten como rayos de luz, no para que nos iluminen, sino para que escojamos el color y brillantez. Las experiencias diarias, las conversaciones, las lecturas, la observación son los ríos donde se pescan las historias. La línea, el anzuelo y la carnada la pones tú. Si el pez que cae no cumple con tus expectativas lo devuelves al mar. En tu dormitorio, mirando al techo,  será más difícil que desarrolles la historia o “que te llegue”.

En estos tiempos de crisis, no solo en nuestro país sino en el mundo entero, ¿por qué escoger la literatura, por qué seguir escribiendo? ¿Se puede vivir de la literatura?

El escribir es una manifestación artística y se hace independientemente de lo rentable que pudiera ser. Muchas personas se sostienen desempeñándose en una profesión al tiempo que son escritores. Difiero de la premisa de que los problemas de vender nuestros libros tengan que ver con la situación económica. Aquí en nuestro país se celebran seis o siete eventos artísticos de primer orden con artistas del patio o internacionales de renombre, en los cuales el costo promedio del boleto sobrepasa los $70 y la asistencia se mide en miles. Una persona puede invertir en dos horas y media esa cantidad, a la que tiene perfecto derecho, pero no compra tres o cuatro libros; el problema no es de dinero.

La editorial de la Universidad de Puerto Rico, hace (¿hacía?) dos actividades de venta de libros, en las cuales podías conseguir libros desde 25 centavos. Con $20 podías llenar una mochila. Aun así, esas actividades no eran muy concurridas. Es algo así como cantar para sordos o hacer mímica para ciegos.

Repito, no todas nuestras manifestaciones deben tener rentabilidad económica. La satisfacción que me genera esta forma de vivir la practicaría aunque tenga que regalar los libros.

Puedo mencionar varios ejemplos de personas que viven de escribir (en otros lugares del mundo), luego la segunda parte de la pregunta no necesita mucho argumento: sí, se puede.

Tu primer libro publicado, Literatría furtiva en jazz, ¿cómo lo concebiste y por qué el título?

La mayoría de los 16 textos que contiene el libro los presenté en respuesta a las tareas asignadas en los talleres de la maestría en Creación Literaria. Los seleccioné por la variedad y en la editorial me ayudaron a dividirlos en cuatro secciones: personas traumadas, enfermeras, encuentros y filosóficos-históricos. Uno de los cuentos lleva como título, Literatría. Ese cuento le daría el título al libro, pero Mary Ely Marrero-Pérez, editora de Lamaruca, me sugirió que ampliara el título, pues en los cuentos hay mucha referencia a la música. Dado que otro de los cuentos, para el cual necesité 39 páginas para contarlo, lo titulé «Jazz furtivo», y de ahí llegué al bautismo.

Literatría es un neologismo en el cual combino la palabra literatura con la palabra psiquiatría y la defino como la ciencia que estudia los trastornos mentales de aquellas personas que no consumen, no están expuestas o no generan literatura. Es furtiva, pues se hace a escondidas tratando de burlar el juicio del lector y el Jazz, como disciplina musical, marca el tono de los textos que van de lo solemne de El primer eclipse a lo lúdico de El maíz de la mazorca.

El proceso para publicar un libro en Puerto Rico no siempre resulta fácil para los escritores noveles. ¿Cómo fue el proceso en tu caso?

Se me hizo muy sencillo. La amistad, de muchos años,  con personal de Lamaruca ayudó, pues ya sabían cómo me gustaría que el libro se publicara. El hecho de que escogí el título, describí la portada que quería y la ayuda de Mary Ely y la artista Saimara Alejandro Hernández, me hicieron sentir que he contribuido también en la forma, además del contenido. Fue fácil también hacer varias correcciones necesarias y me ha ido muy bien en los siete meses que lleva el libro de publicado.

Reconozco que un libro es un producto para la venta y existen expertos que saben del atractivo que debe tener una cubierta para llamar la atención, pero se usa mucho la analogía de un libro con un bebé y a esas hermosas criaturas uno los nombra, viste y presenta como más nos guste. Al final, según una pregunta anterior sobre tiempos difíciles para vender libros, parece que los expertos en presentación no se han podido diferenciar del resto.

Es claro que el tema social te motiva. ¿Desde qué ángulo de la realidad te sitúas para contar la vida en tus cuentos? ¿Escribes con el propósito de denunciar situaciones específicas que te inquietan, o dejas que la historia fluya según te llegó?

Escribo desde el descontento que siento por muchas situaciones que se manifiestan en la sociedad que me tocó vivir. Aún no tengo el beneficio de un micrófono en un programa radial o televisivo. Tampoco imparto clases o tengo una audiencia cautiva a quienes hacerle saber cómo pienso, mucho menos tengo una columna semanal en un periódico. El trabajo que hacen los compañeros que tienen acceso a esos medios es excelente y lo estudio de cerca. Mi único turno al bate es en los libros. Allí debo expresar ese descontento utilizando actuantes y situaciones que muestren el ejemplo de la realidad que no funciona y por qué creo que no funciona. Me gusta señalar las ironías, las contradicciones y a los agachados que están detrás de los escondidos.

Escribir desde el punto de vista del sexo opuesto, y hacerlo en forma efectiva, es un gran reto. En tus cuentos proliferan los personajes femeninos fuertes. En Jazz furtivo, por ejemplo, la protagonista es una mujer muy moderna y desinhibida que seduce a un hombre ciego. En La noche que arrestaron a Santa Clos, la protagonista es una mujer que imparte justicia a su manera. En Ruta de cimarronas, mujeres valientes crean una red de escape para mujeres maltratadas. ¿Es un reto que te has impuesto o la convivencia con mujeres importantes en tu vida hace que fluyan las historias en forma natural?

No, no es algo que me haya impuesto, sencillamente, es en la desigualdad en donde están las historias y no las dejaré de narrar por el temor de pisar callos. Hay quienes me preguntan si ha sido difícil venir de un arrabal, criarme en un caserío, ser negro y persona ciega. Les contesto que si fuera mujer y mi orientación fuera distinta a la heterosexual, entonces estuviéramos hablando de una situación verdaderamente difícil.

Gandhi decía que las sociedades se podían juzgar por la forma en que trataban a los animales, Dostoievski decía lo mismo con respecto al trato a los reos; la nuestra, tiene malas notas por la forma en que trata a los maestros y a la mujer.

Tuve la suerte de conocer mujeres (además de la familia inmediata) que me hablaron y me recomendaron lecturas de lo conveniente para ciertos sectores en que todos nos sumemos a la comparsa misógina. No puedo decir que he conocido una mujer sumisa y si vamos a lo literario, eso de representar a mujeres que el premio consistió en casarse con un príncipe, que se tomaban un veneno o se tiraban al frente de un tren en marcha porque no podían vivir con su amado, sería repetir lo ya escrito.

El primer eclipse es un homenaje a tu señora madre. ¿Cuánto influyó su ejemplo en ti a la hora de decidir hacer una carrera como escritor?  

Ella influyó al fomentar en mí la lectura. Trabajó toda su vida como criada en casas de familia. Creo que notó desde temprano que la gran diferencia entre los intelectuales que habitaban esas casas y nosotros era el área de la biblioteca que ella tenía que desempolvar y a la que tanta referencia se hacía en las conversaciones. De nuevo, la lectura como la raíz de la escritura. Además, era muy buena contando historias y repitiendo historias que le habían contado.

Los escritores solemos ser muy idealistas. ¿Piensas que la literatura puede cambiar el mundo?

La literatura ha hecho  el mundo que conocemos. Si te fijas, no hay postura de nosotros los humanos ya sea espiritual o intelectual en la que no haya mediado un libro para que nos formemos. No tengo el espacio aquí para mencionar los autores y los libros que establecieron las bases de lo que somos. Si hablas de religión, de economía, de derechos de los que estamos en inequidad, de política, etcétera, encontrarás siempre un autor y un libro que cambió tu vida y la de tu prójimo. Claro está, la literatura es actividad humana y depende de lo que queramos señalar para poder ir cambiando persona a persona para que las cosas mejoren.

Abraham Lincoln dijo una vez que un ejército que usa barriles de pólvora no puede vencer a un ejército que usa barriles de tinta. El presidente yanqui se refería a la prensa, pero el ejemplo sirve para señalar que los de barriles de pólvora no se han cruzado de brazos y han conseguido que no le prestemos atención a la tinta.

La respuesta es sí, la literatura ha cambiado la sociedad y lo seguirá haciendo para la construcción de una sociedad más justa, pero eso depende de nosotros.

El escritor peruano Mario Vargas Llosa escribió una vez que sin erotismo no hay gran literatura. ¿Estás de acuerdo? ¿Cuán importante es el erotismo en tus narraciones?

El erotismo, como el resto de las manifestaciones humanas, es necesario para la buena literatura. Cuando escribimos, buscamos que el lector se sienta identificado con lo que lee y dado que el erotismo es parte de la vida de todos, ese escrito será valorado según la importancia que tiene el erotismo en la vida de quien lee. Puede sonar freudiano, pero no incluir en los escritos uno de los motores principales de la conducta humana sería el equivalente a eliminar el amor, el odio, la envidia y la culpa y no sé si quedaría literatura sin esas especias. En el libro, uso el erotismo como detonante de comportamientos. Se puede ver en Jazz furtivo y en La botella de vino.

Dice el poeta ecuatoriano Fabián Guerrero Obando que, «…cuando uno escribe, no escribe solamente para que ocurran las cosas que quisieras que ocurran, escribes también para ahuyentar lo que temes». ¿Estás de acuerdo? ¿A qué le temes tú, qué demonios pretendes exorcizar mediante la escritura?

Estoy de acuerdo, pues ese comentario cumple perfectamente con mi definición de lo que es la expresión artística. Toda nuestra expresión la hacemos porque no podemos vivir con ella sin contarla. A ese tormento a que te someten las situaciones y los personajes en el proceso de relectura y reescritura de los textos, combinado con lo que quieres decir, le podemos llamar infierno y las constantes preguntas a que te somete el cerebro sobre lo que has creado le podemos llamar, demonio.

¿Cómo quisieras que te recordaran?

Como una persona que se negó a participar en la comparsa del olvido ni de la fiesta de “las cosas son así, porque son así”. Ya he recibido todos los premios que se pueden obtener en vida: mi madre dijo que era buen hijo y la familia que escogí y que me acogió, me considera buen integrante.

Como alguien que no aceptó lo establecido, pues para hacer esto último no hace falta estudiar nada ni leer nada. Duerme, come, ve al baño y vuélvete a acostar y ya eres parte de lo establecido, puede que tendrás menos problemas, pero me gustaría que me recordaran como alguien que encontró toda la satisfacción en la disidencia. Alguien que vio los hilos, supo quién los manejó y resistió.

«Un cuento es la fantasía de una sonrisa ante una carta de amor inesperada»

 

“Un cuento nace de una obsesión, de una cosquilla”.

“Todo cuento cortazariano tiene un final sorpresivo, un final circular”. 

 

La escritora puertorriqueña Mary Ely Marrero-Pérez reacciona a estas dos lecciones del escritor argentino Julio Cortázar:

 

mary 2“Un cuento es una consideración única de un asunto, aunque se trate de la situación más común y de los personajes más habituales. Un cuento es como la historia de un cartero del siglo XXI entristecido porque cada vez deposita menos cartas de amor en los buzones debido a que  las redes sociales han eliminado tal bella costumbre. Lo sabe porque los sobres están timbrados con los sellos de compañías y la tipografía muestra que una máquina ha escrito. Ya los sobres no lucen la tinta de una cursiva dirigida de un ser humano a otro. Decide escribir cartas dirigidas siempre a “Mi amor” y depositarlas al azar en los buzones. Nunca se entera de las reacciones de los receptores, pero fantasea con las sonrisas que provoca. La consideración única del cartero y sus procederes exclusivos, hacen del depósito de las cartas una entrega de excentricidades inesperadas.  

Un cuento es como la historia de ese cartero que finalmente abre su propio buzón y halla una carta de amor dedicada a “Mi amor”, escrita en una letra que no es la suya y por la cual su esposa más tarde sonríe. Se reintegra afligido a su trabajo, dispuesto a repartir solo las facturas de las grandes empresas, para encontrarse con la sorpresa de muchos sobres escritos en la tinta cursiva que tanto extrañaba, dirigidas de un nombre propio a otro como antes.

La explicación sobra; el lector no merece que subestimemos su suspicacia. Hilará los eventos y sabrá que detrás de una circunstancia aparentemente insignificante, hay una propuesta temática analizable a la luz del contexto social. Un cuento que necesita ser explicado carece de independencia, y el escritor solo en sus textos es eterno. Esto no significa que la simpleza y la nimiedad sean requisitos narrativos, sino que (pese a la complejidad del texto) el cuento sea por sí mismo un comunicador extraordinario.

Un cuento debe ser memorable. Los lectores deben abrir el buzón y aspirar a una carta de amor; si son carteros, podrían sonreír al pensar en la posibilidad de la empresa leída; si ven sonreír a sus parejas (carta en mano)… bueno, las posibilidades se multiplican. Si recuerdan el cuento, la misión de impacto se cumple. Como narradores, debemos trastocar al lector y regalarnos una sonrisa maliciosa por las posibles reacciones que, ante nuestro escrito, tendrá cada lector”.

*Mary Ely Marrero–Pérez tiene una maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón y cursa el doctorado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico. Se dedica a la enseñanza y a la gestoría cultural a través de Lamaruca, Gesta Cultural Vitrata, institución sin fines de lucro que fundó en el 2015. Sus obras de teatro se han montado en los principales teatros del país y sus textos narrativos, ensayísticos y poéticos perfilan en libros y revistas locales e internacionales. Es la autora de la novela El abraso y el libro de cuentos Hambre. maryelymp@gmail.com

Colaboración de la escritora Betty Díaz, vicepresidenta de la Cofradía de Escritores de Puerto Rico.

“Me gusta”

FotoJoanVidotPor Joan Vidot

Perlita:

Recogiendo tu cuarto encontré un panty tuyo con unas manchas de sangre y aunque tal vez no te atrevas a decírmelo, soy tu madre y te conozco muy bien: esa sangre está en tu panty porque te cayó la regla.         

Ay mamita, ¡quítate esa vergüenza conmigo! Tarde o temprano me iba a enterar. ¡Qué emoción saber que ya eres una mujercita! Tus senos crecerán, podrás rasurar tus piernas y serás la envidia de todas tus compañeritas.

Perlita, lo que te espera no será fácil y una vez al mes sentirás mucho dolor, pero Dios no se equivoca y si te hizo mujer, es porque sabrás aguantar. Ya verás que con cada regla que te caiga, ¡te pondrás más hermosa!

Te compré toallas sanitarias con fragancia a talco de bebé porque para mí, siempre serás mi bebé.

Dios te bendiga, te amo mucho.

Cuando la orgullosa madre terminó de escribir, agregó en su mensaje dos fotografías: en una de ellas aparecía su hija desfilando en la graduación de sexto grado, y en la otra, el panty manchado de sangre.

Revisó su escrito y las imágenes, y oprimió el botón “Publicar”.

……

Nota: Este cuento fue uno de los 30 finalistas en el Décimo Campeonato Mundial de Cuento Corto Oral celebrado el 5 de junio de 2015 en la Universidad del Sagrado Corazón.

*Joan Vidot es escritora. Posee un bachillerato en Historia del Arte de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. Actualmente se desempeña como publicista, y es estudiante de  maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón.

 

 

 

En un golpe de suerte

NataliaGalindoPor Natalia Victoria Galindo

Manuel se encontró sentado en un banco de la plaza sin saber cómo había llegado hasta allí. Desorientado, recorrió los alrededores con la vista en busca de algo o alguien conocido. Se levantó despacio y comenzó a vagar sin rumbo hasta que se topó con un niño que relamía una piragua. Miró el cono salpicado de rojo y le pareció saborear el néctar de la frambuesa. Una sonrisa infantil se le dibujó en el rostro mientras venían a su mente recuerdos intermitentes de su niñez. De repente el nombre de María se coló entre sus memorias de infancia y supo dónde estaba. Vivía cerca, a dos calles de la plaza.

Caminó con prisa para no olvidar el camino de regreso a casa y al llegar entró sigiloso. Quería sorprender a su esposa, como cuando eran jóvenes, pero la encontró dormida y se sentó en el sillón al lado de la cama para no molestarla. Mientras se mecía observó las canas que le pintaban el pelo, la extrema delgadez de los brazos y se acercó para acariciarla. La sintió fría, inerte. Trató de despertarla y recordó que al levantarse esa mañana la había encontrado sin vida.

Entre lágrimas le tomó las manos con la ternura de otros tiempos y recostó la cabeza en su regazo. Se quedó inmóvil, en compás de espera, escuchando el ruido acompasado del abanico de techo, hasta que en un golpe de suerte se le volvió a perder la memoria.

Entonces, creyéndola dormida, salió feliz hacia la plaza para comerse otra piragua de frambuesa.

……

Nota: Este cuento fue uno de los 30 finalistas en el Décimo Campeonato Mundial de Cuento Corto Oral celebrado el 5 de junio de 2015 en la Universidad del Sagrado Corazón.

*Natalia Victoria Galindo posee una Maestría en Creación Literaria y es Contador Público Autorizado de profesión. En 2011 su cuento Pintar a ciegas obtuvo el segundo premio exaequo del Certamen de Narrativa Corta de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez. Ha colaborado con las revistas Trapecio y Letras Salvajes. En tres ocasiones ha sido seleccionada en el grupo de lectores finalistas del Campeonato Mundial del Cuento Corto Oral, recibiendo Mención Honorífica en el décimo certamen por su cuento En un golpe de suerte.

 

 

Entrevista a Luis Alejandro Polanco

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Foto: Willie Sepúlveda

Por Richard Rivera Cardona

El escritor dominicano Luis Alejandro Polanco, radicado en Puerto Rico hace más de 20 años, afirma que dos de sus pasiones son la arquitectura y la literatura. En 1986 obtuvo el grado de arquitecto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en 2010 se graduó de la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) y en 2014 publicó la novela No habrá primavera en abril, que se alzó con el segundo premio en la categoría de mejor novela de ficción histórica, en español, de los International Latino Book Awards 2015. Actualmente realiza su tesis doctoral en literatura en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC).

Conversamos con él y a continuación la entrevista.

Eres arquitecto y escritor, ¿en qué punto se intersecan estas dos artes, si alguno?

Como arquitecto diseño espacios funcionales y agradables para ser habitados por el hombre. Como escritor tengo la convicción de que en ningún momento me he desligado de la arquitectura, ya que la creación literaria es puro arte. En mi quehacer literario diseño y construyo espacios imaginarios para que el lector los pueda disfrutar a través de la narración. Intento edificar mis textos con la precisión y complejidad que envuelve una obra arquitectónica.

¿Qué temas te interesan o preocupan como escritor?

Me interesan los temas sociales, políticos y religiosos; sobre todo cuando encierran denuncias, abusos de poder y corrupción. El binomio amor-odio es otro tema que me cautiva por las necesidades afectivas que tiene el ser humano. Es interesante cómo se puede desarrollar una narrativa, sin caer en el vicio de la cursilería, que gire en torno a personajes que muestren sus fortalezas o debilidades cuando carecen de amor. Es incomprensible la dualidad de amar y odiar que se puede generar en una relación. El amor no es un tema trillado ni obsoleto, muy por el contrario es inagotable.

Me preocupan los puntos vulnerables y el comportamiento hipócrita del hombre y la mujer. Igualmente, me gusta trabajar el tema de la marginalidad, que se enmarca dentro del ámbito de lo social. Por ejemplo, me atrae mucho escribir sobre la degeneración del individuo, la locura, la traición, la drogadicción y la prostitución. Estas conductas convierten a los personajes en héroes problemáticos, los cuales transitan en un mundo viciado que ni entienden ni aceptan. Sin embargo, viven de acuerdo a sus ideales, ateniéndose a las consecuencias. El papel del escritor consiste en traducir y expresar la contemporaneidad en la que vive.

¿Qué autores y obras han ejercido influencia en tu forma de escribir?

Debo confesarte que para el desarrollo de la novela No habrá primavera en abril me sentí influido por dos obras: Mañana en la batalla piensa en mí  y El silencio de Galileo. En la primera observé cómo Javier Marías describía el entorno urbano y los objetos que lo circundaban con una destreza extraordinaria. Eso me ayudó a desplazarme con libertad por las calles de Oklahoma para describir y mostrar, en detalle, una escena citadina. De igual modo, tuve la oportunidad de leer la novela de Luis López Nieves, mientras escribía la tesis. Dicho texto me estimuló a la invención. Me dije: “Si mi director de tesis es el rey de las historias truncadas, voy a tratar de cautivarlo con mi novela”.

Por otra parte, en el género de cuento hay varios autores que de una y otra forma han contribuido en mi formación como escritor. Entre ellos tengo que mencionar a Juan Bosch, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga, Anton Chejov y Guy de Maupassant.

¿Tienes algún ritual o manía a la hora de escribir? 

Sí. Lo primero es que nunca me siento frente a la pantalla de la computadora si no tengo un borrador de antemano o un boceto mental de lo que quiero hacer. A mí, las ideas me surgen rápido y muchas veces tengo que tomar notas de inmediato porque me puede sobrevenir algún tema diferente para otro cuento. A veces en mi cabeza se entretejen un sinnúmero  de ideas que si no las anoto enseguida se me olvidan, y luego solo puedo recuperar un par de ellas. He descubierto que cuando escribo un cuento en una libreta y más tarde lo paso a la computadora, el resultado es más efectivo que cuando lo transcribo directamente de la memoria al ordenador.

Otro hábito o manía que tengo es que soy un poco desorganizado. Por ejemplo, en mi área de trabajo puedo tener una hilera de libros y papeles que estoy consultando y no me gusta guardarlos ni archivar nada hasta no terminar la investigación que estoy realizando. Sin embargo, cuando voy a iniciar una nueva investigación o un trabajo literario de envergadura, entonces tengo que organizar el área. Encuentro que es como despejar la mente e iniciar de nuevo otro proyecto literario.  

Carátula No habrá primavera en abrilNo habrá primavera en abril se desarrolla en el marco de dos eventos de gran impacto mediático en los Estados Unidos: la masacre de la secta de los davidianos, en Waco, Texas, en 1993, y el bombazo de Oklahoma, en 1995. ¿Por qué escogiste estos dos acontecimientos para hilvanar la historia?

El 19 de abril de 1995 escuché que un joven de veintisiete años había colocado un camión-bomba frente a un edificio federal en Oklahoma donde había una guardería infantil. En aquel momento fueron tantas las interrogantes que me surgieron que decidí seguir el caso del atentado muy de cerca. Desde entonces, la imagen de Timothy McVeigh se grabó en mi pensamiento. Los dos acontecimientos se entrelazan y tuvieron una estrecha relación, porque uno fue consecuencia del otro. La explosión del edificio federal Alfred P. Murrah, en Oklahoma, ocurrió justo en el segundo aniversario del incidente en el Rancho Monte Carmelo, sede de los davidianos, en Waco, Texas. El atentado en Oklahoma fue como represalia a las acciones del gobierno durante los cincuenta y un días que duró el cerco y que terminó con la masacre del reverendo David Koresh y sus adeptos.

¿Por qué dedicaste la novela a Timothy McVeigh, autor de los actos terroristas en Oklahoma City? 

Timothy McVeigh, el multiasesino más despreciado de Oklahoma, no es amigo mío, aunque la dedicatoria dice: “A mi gran amigo Timothy McVeigh”. Me parece que ese es el segundo cuestionamiento que se hace el lector; el primero es el título, pero la respuesta al enigma se contesta al leer el texto. 

Uno de los poderes de la literatura es que los lectores pueden identificarse con algunos personajes y comprender sus motivaciones. ¿De qué cualidades o sentimientos dotaste a Timothy McVeigh y a su amigo Ron Black de modo que los lectores puedan conectar con personajes, a simple vista, despiadados?

Traté de caracterizar a los dos personajes principales de la novela tomando como patrón la conducta del hombre moderno. Por un lado, vemos al exmarine McVeigh, un veterano de la Guerra del Golfo, con una trayectoria militar en progreso por su destacada participación en el conflicto bélico. Luego, observamos cómo después de regresar de Kuwait e ingresar a los boinas verdes, se quebranta su ideal de ser algún día general, al desertar de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Esto fue un golpe que le provocó un coraje desmedido consigo mismo y con el sistema de poder operante en los regimientos. Entonces se convierte en transgresor y comienza a combatir contra el gobierno federal. A través de sus acciones, comportamiento y de sus luchas, conocemos a un hombre sensible al dolor ajeno que defiende a los más débiles y ataca al poderoso opresor.

Por otra parte, Ron Black se desnuda demostrando sus debilidades: la ambición, la lujuria, la traición, el consumismo, adicción a los juegos de azar y falta de tolerancia. Todo esto envuelto en una nube de mentiras que él mismo construye y admite. Ron se muestra tal cual es y por su parte, el lector comenzará a percibir otros aspectos de su conducta que él ignora. Este mostrar y ocultar, por parte del desconocimiento de Ron Black, crea una intimidad de complicidad con el receptor que puede causar pena. Es posible que el lector se identifique con alguno de los dos personajes porque pudiera estar atravesando por una situación similar a la de ellos. Melvin Rodríguez-Rodríguez comenta que yo logro mostrar los claroscuros de estos personajes, destruyendo las visiones preestablecidas que se puedan tener de ellos.

En algún momento la trama de la novela se desarrolla en Puerto Rico, ¿por qué esta idea?

Ron Black regresaba de un viaje. Lo quise sacar de Waco para que no estuviera en el rancho cuando los federales sitiaron las instalaciones de los davidianos. “Vendrá de Inglaterra”, pensé. Pero en fracciones de segundo, recapitulé y me dije: «Creo que sería más interesante si viaja desde Puerto Rico». ¡Bendita sea la hora en que se me ocurrió la Isla del Encanto! Esta decisión le dio un giro favorable y sorprendente a la historia. Yo mismo no sabía qué pasaría de ahí en adelante. El desarrollo de la novela se efectuó página a página. A partir de ese punto, no trabajé con el esquema que tenía delineado en la propuesta de mi novela. Era como si una revelación divina me dictara siempre lo más adecuado para resolver un asunto neurálgico de la historia sin afectar la trama.

Uno de los espacios en que se adentra la novela es el mundo de las sectas. ¿Qué discurso o ángulo quisiste destacar?

Que cualquier institución, no importa su naturaleza, no está exenta ni es invulnerable a la corrupción de sus dirigentes. Vemos cómo los adeptos del reverendo, fieles seguidores suyos, fueron engañados por él, hasta el punto de seducir a sus esposas e hijas menores y tener relaciones sexuales con ellas. Al describir la secta de David Koresh, ver cómo funcionaba, y mostrar cuántas personas fueron embaucadas por su dirigente, ha sido una forma de crear conciencia en hombres y mujeres para que no sean víctimas de líderes inescrupulosos que lo que quieren es aprovecharse de otros para su propio beneficio. No quise abundar sobre si su doctrina era completamente una farsa, o si realmente Koresh sintió un llamado espiritual auténtico en algún momento de su vida.   

Uno de los aspectos de la novela que más llama la atención es que al final los lectores se cuestionan dónde radica la línea entre la realidad y la ficción. ¿Cómo se logra este efecto?

Lo primero es crear una plataforma histórica lo más fidedigna a los acontecimientos ocurridos. Luego buscar una fisura dentro del marco histórico por donde se pueda colar la trama inventada. Si logras diseñar una atmósfera conforme a la época en que se desarrolla, el texto comenzará a fortalecerse, mezclándose la realidad con la ficción y viceversa en los diferentes escenarios, haciéndose casi imperceptible la frontera entre ambas realidades.

El crítico de El Nuevo Día, José Borges, establece en una reseña que será difícil saber qué fue parte de la historia y qué es producto de la ficción del autor en No habrá primavera en abril.

¿Qué labor investigativa conllevó el proceso creativo de esta novela histórica?

Antes de iniciar la novela me quise dotar de libros, películas y documentales. Además, visité decenas de portales en la Internet que trataban sobre las dos tragedias y sus protagonistas. El primer inconveniente que tuve fue que los libros de referencia que compré eran en inglés, por lo que la lectura me resultaba más lenta. Otro percance fue que cuando necesitaba una información específica y colocaba en Google las palabras claves en español tenía que navegar por largo rato y muchas veces no encontraba lo que buscaba. Cambié la estrategia de búsqueda, o mejor dicho el idioma, y enseguida aparecía la información que necesitaba. La gran ironía: leía en inglés para escribir en español.

Descubrí que para redactar una novela histórica no era necesario saber todo lo referente a los acontecimientos ocurridos porque tenía el amparo de la ficción y la creatividad. La etapa investigativa fue imprescindible porque además de nutrirme de los hechos relevantes que quería destacar en la obra, me sirvió para crear mis diferentes escenas. Sabía que tenía un gran reto porque trabajaba con eventos que mucha gente conocía.

La obra fue tu trabajo de tesis para la maestría en Creación Literaria, ¿cómo evalúas la oportunidad de haber sido dirigido por el reconocido escritor puertorriqueño Luis López Nieves en este proyecto?

Desde mi primer encuentro en el salón de clases con el profesor López Nieves dictaminé  que él sería mi director de tesis. Si la experiencia en los diferentes talleres fue enriquecedora por los comentarios y las correcciones de profesores y compañeros, el contacto directo y exclusivo con el director de tesis me ayudó a aprender y a crecer más como escritor. López Nieves es sumamente estructurado y riguroso con las entregas y las evaluaciones. Esa disciplina que se estableció entre los envíos y las entregas suscitaba en mí un entusiasmo grandísimo cada vez que llegaban sus correcciones y comentarios tan acertados.

La tesis sirve para mostrar lo que se ha aprendido durante los años de estudios en la maestría. Además, es el último ejercicio académico guiado por un experto, en el cual aplicamos todas las herramientas y técnicas para que después podamos seguir solos en esta extraordinaria profesión de la escritura creativa. Si tuviera que comenzar nuevamente la tesis de la maestría en Creación Literaria, no dudaría en que Luis López Nieves volviera a ser el director de la misma. Gracias a sus sugerencias, correcciones y consejos pude aprobar la tesis con distinción en el 2010.

¿Por qué crees que es importante la producción de literatura histórica?

Porque es una forma de dar a conocer sucesos ocurridos en el pasado a un público lector que posiblemente no abordará el tema a través de un texto histórico. Me parece que la literatura histórica producirá cierta inquietud en el lector y lo motivará a incursionar en la historia para comprobar qué tan cierta es la obra que ha leído. Esto quiere decir que muchas veces se llega a la historia a través de la literatura. Otro punto importante que tiene la literatura histórica es que la misma, en ocasiones, ha servido de apoyo a investigadores e historiadores para conocer una época o sector determinado, donde  la historia no ha dejado huellas. 

¿Qué significó que No habrá primavera en abril se alzara con el segundo premio en la categoría de mejor novela de ficción histórica, en español, de los International Latino Book Awards 2015, el pasado 27 de junio en San Francisco, California?

Precisamente en abril recibí la noticia de que mi novela estaba entre las finalistas en la categoría «mejor novela de ficción histórica» en el International Latino Book Awards 2015. No podía creer que competía, nada más y nada menos, que con la española María Dueñas y el colombiano Gustavo Arango. Confieso que por un lado me sentí muy contento por estar entre los finalistas con dos escritores de renombre internacional, pero por el otro me creó ansiedad. Sin embargo, y para mi sorpresa, el 27 de junio durante el acto de premiación en San Francisco, recibí un mensaje a través de Facebook, de la escritora y amiga María Bird Picó, que decía: «¡Le ganaste a Dueñas!». No habrá primavera en abril se posicionó en el segundo lugar. Temblé de emoción. Era increíble la experiencia que estaba viviendo.

Di gracias a todos aquellos que siempre han creído en esta obra (Emilio del Carril, Awilda Cáez, Ivonne Belén, Valentín Amaro, Rodolfo Báez, Ángela Valentín, Juan Martínez Luque, a mi esposa Milagros González y tú, entre otros). Aún sigo dando las gracias a los lectores y lectoras que  consideran a la novela No habrá primavera en abril como un texto entretenido y ricamente informado, pues mientras más se hurga sobre los sucesos históricos más real parece lo que se ha creído ficción.

¿En qué proyecto trabajas ahora como escritor?

Estoy trabajando en un proyecto que por los recursos técnicos presentes, considero que tendrá una particular importancia en su género. Ahora bien, por el momento no puedo abundar más.

La relación entre García Márquez y Kafka

Por Richard Rivera Cardonakafka garcia

El colombiano Gabriel García Márquez fue un polifacético escritor del llamado boom de la literatura hispanoamericana y ganador del Premio Nobel de Literatura, en 1982. Sin embargo, un detalle que no todos saben es la relación que existió entre él y el escritor checo Franz Kafka.

García Márquez declaró, en más de una ocasión, que la lectura de La metamorfosis supuso para él un antes y un después en su carrera literaria. Explicó que percibió la originalidad narrativa desde la primera línea y ello lo motivó a querer hacer lo mismo en su lengua. En su libro de memorias titulado Vivir para contarla (2002), García Márquez recuerda a los autores que lo marcaron en su infancia y juventud, entre ellos Kafka.

 

Subordinadas adjetivas y el pronombre relativo «que»

Por Marcial Torres Soto

A la hora de escribir, ¿tenemos claro si nuestras subordinadas adjetivas explican o especifican? ¿Van entre comas o no? Otro asunto a tomar en consideración es el abuso del pronombre relativo “que” con frecuencia utilizado en subordinadas adjetivas. Es frustrante revisar nuestro escrito y notarlo plagado del pronombre “que”. ¿Cómo lidiar con el problema? A continuación, un resumen de la definición y uso de subordinadas adjetivas y del “que”.

  • Se catalogan como frases adjetivas.
  • Su función dentro de la oración compleja es la misma que la de cualquier adjetivo en una oración simple: calificar o atribuir algo a alguien o a algo.
  • No se consideran oraciones completas. Por su nombre se deduce que tal conjunto de palabras depende de la oración principal porque forman una frase. Al sustantivo adjunto a la subordinada adjetiva se le llama el antecedente.
  • Con frecuencia van acompañadas del pronombre relativo “que” o de un relativo compuesto (lo que, la que) y el plural que corresponda.

En la oración Los hombres que estaban cerca del banco fueron los perjudicados, el sujeto de la oración es los hombres que estaban cerca del banco. Ahora bien, dicho sujeto puede dividirse en dos partes: los hombres (el antecedente, compuesto de un artículo y un sustantivo) y que estaban cerca del banco, la subordinada adjetiva que nos especifica cuáles hombres son. Si quisiéramos eliminar el pronombre relativo, podríamos escribir: Los hombres cercanos al banco. En cuyo caso, el adyacente sería el mismo, pero la subordinada adjetiva cambiaría a cercanos al banco y así eliminamos el pronombre relativo.

La subordinada con el pronombre relativo que se cataloga también en dos clases: la especificativa y la explicativa. A continuación, un ejemplo de cada una:

  1. Las niñas que vestían de rosa fueron seleccionadas para ser porristas.
  2. Las niñas, que vestían de rosa, fueron seleccionadas para ser porristas.

A primera vista parecería que ambas oraciones significan lo mismo, pero no. La primera habla de las niñas que vestían de rosa. Especifica que, de entre todas las niñas, únicamente las que vestían de rosa fueron seleccionadas para ser porristas. En términos ortográficos, tal subordinada no va entre comas. En dicho caso, la oración puede simplificarse más si se escribe: Las niñas vestidas de rosa fueron seleccionadas para ser porristas. De nuevo, así se elimina el pronombre relativo que.

En el segundo ejemplo, explica que todas las niñas fueron seleccionadas para ser porristas y vestían de rosa. En dicho ejemplo, la explicación o subordinada explicativa va entre comas porque el elemento que vestían de rosa es aclaratorio y, por ende, puede eliminarse sin afectar significado de la oración principal: las niñas (todas las niñas) fueron seleccionadas para ser porristas. En la oración especificativa, si eliminamos la subordinada, alteraría el sentido de la oración porque las seleccionadas fueron únicamente las vestidas de rosa.

Referencia: Cómo dominar el análisis gramatical superior, Juan Luis Onieva Morales.

*El autor es traductor certificado por la American Translators Association. Es egresado de la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón.

¿Tienen los escritores obligaciones contributivas?

Por María Bird Picó

libro
Entre colegas escritores es muy común escuchar que el oficio de escribir ficción deja más satisfacciones personales que ingresos.  Aun si ese fuese el caso, eso no libera a los escritores que venden su arte de ciertas responsabilidades tributarias.

Ante la confusión que el tema genera, recurrimos a  Natalia V. Galindo, escritora y contadora pública autorizada, quien nos contestó las siguientes preguntas.

Tengo entendido que la reciente ley del IVU exime a todo tipo de libros. ¿Es correcto?

La Ley Núm. 159, del 30 de septiembre del 2015,  exime del pago del impuesto sobre venta y uso a todos los libros impresos. El término libros impresos está definido como toda publicación unitaria impresa, no periódica, que se edite de una sola vez o a intervalos, en uno o varios volúmenes o fascículos de carácter científico, cultural o artístico, excluyéndose publicaciones  por medios electrónicos, revistas y periódicos.

Hay mucha confusión en cuanto a la obligación contributiva de los escritores que publican de manera independiente. ¿Deben reportar al Departamento de Hacienda esas ventas? ¿Hay algunos parámetros en cuanto a qué volumen de ventas deben alcanzar para que entre en efecto la responsabilidad contributiva?

En términos generales toda actividad de negocios conlleva una obligación contributiva, tanto a nivel estatal a través de la radicación de una planilla de contribución sobre ingresos, como a nivel municipal a través de la radicación y pago de patentes municipales.

La determinación de si debemos radicar una planilla de contribución sobre ingresos depende de la cantidad de ingresos de un contribuyente y de su estatus contributivo, y cambia periódicamente de acuerdo a los reglamentos y/o leyes en vigor.  Cada contribuyente debe revisar anualmente si la totalidad de sus ingresos le obliga a la radicación. En el caso de patentes municipales no hay una cantidad mínima de volumen de negocios y cada municipio tiene su propia ordenanza que los contribuyentes deben revisar de acuerdo a dónde generan su volumen o dónde tienen ubicada su oficina principal.

Si hay una responsabilidad contributiva, ¿cómo deben los escritores reportar ese ingreso tanto en el caso de personas que tienen otras fuentes de ingreso, como salarios, como para los que la venta de sus libros es su única fuente de ingresos?

La venta de libros, en ambos casos, se reporta bajo la categoría de ingresos por negocio, anejo K de la planilla de contribución sobre ingresos.

Presumiendo que es deber de todo escritor reportar ese ingreso, ¿qué deducciones puede tomar? ¿Cuál es la manera más fácil de determinar la ganancia?

En términos generales las deducciones permisibles son las relacionadas a los gastos en los que el contribuyente incurre para poder llevar a cabo la actividad de negocios que se está reportando. Debemos tener en cuenta que hay ciertos gastos que tienen limitación por ley en cuanto a la cantidad que podemos deducir para propósito de contribución sobre ingresos. La ganancia neta se obtiene de deducir dichos gastos del ingreso total. Si el contribuyente es asalariado o tiene otro tipo de ingresos, la ganancia neta de su actividad de venta de libros se sumaría al resto de sus ingresos para determinar su responsabilidad contributiva.

Para los escritores que han creado su propio sello editorial, ¿qué deben hacer en el plano contributivo? ¿Cómo puede asegurarse de que no se le considerará una empresa con fines de lucro?

Las empresas registradas en el Departamento de Estado bajo la categoría sin fines de lucro deben ‘cualificarse’ como tal en el Departamento de Hacienda para que sean consideradas exentas de tributación. Existe un procedimiento de solicitud de exención contributiva que los contribuyentes deben seguir en el Negociado de Asistencia Contributiva en el Departamento de Hacienda.

En el caso del impuesto sobre el trabajo por cuenta propia para el Seguro Social, ¿cuándo se recomienda reportar ingresos? ¿Algún mínimo anual de ganancia?

Los contribuyentes que trabajan por cuenta propia tienen la obligación anual de radicar la planilla 1040-PR si tienen un ingreso neto de $400 o más proveniente de esa actividad de negocios.

¿Cuál es la responsabilidad contributiva a nivel federal para los que venden libros en el mercado estadounidense a través de Amazon, Kindle y otras plataformas?

Los residentes de Puerto Rico están exentos de tributación a nivel federal solo en los ingresos que son considerados de fuentes de Puerto Rico y sujeto a unas determinaciones de residencia que provee el Código de Rentas Internas Federal. La venta de bienes fuera de Puerto Rico pudiera considerarse sujeta a tributación a nivel federal en algunos casos, dependiendo de las circunstancias del contribuyente y de las características del bien que se está vendiendo. Mi recomendación a este respecto es que cada contribuyente consulte su caso en específico con un especialista en planillas, sin descartar de antemano el que pueda tener una responsabilidad a nivel federal.

Por último, ¿cómo afecta el nuevo impuesto de 4% (business to business) a los contribuyentes que  ofrecen servicios como escritura,  edición y corrección de textos a empresas u otras personas? 

A partir del 1 de octubre y hasta el 31 de marzo de 2016, todos los servicios profesionales designados y los servicios profesionales entre comerciantes (‘business to business’) están sujetos al cobro de un 4% de IVU estatal. Aquellos comerciantes cuyo volumen de negocios no sobrepasa los $50,000 anuales están exentos del cobro de IVU, siempre que estén debidamente registrados en Hacienda y que tengan un certificado de registro que indique que no son agentes retenedores. Esta revisión debe hacerse periódicamente, de acuerdo al cambio de ingresos que pueda recibir un contribuyente.

Los servicios profesionales que eran tributables hasta el 30 de junio de 2015 a una tasa estatal del 6%, a partir del 1 de julio de 2015 y hasta el 31 de marzo de 2016 estarán sujetos a una tasa estatal del 10.5%.  La última determinación administrativa del Departamento de Hacienda enmendó el Código para eliminar el 31 de marzo de 2016 como fecha límite para el IVU, por lo que estos cambios pudiesen extenderse más allá de dicha fecha.

*Estas contestaciones se ofrecen con propósitos educativos solamente y no con el propósito de ofrecer asesoría contributiva, legal o contable. Derechos Reservados Natalia V. Galindo. nvgalindo29@gmail.com

Para más información sobre el tema, visite www.cambioivu.com

 

Encuentro literario en tierras mayas

Por Sandra Santana

La historia da cuenta de grandes civilizaciones que aún nos sirven de inspiración, como la de los mayas, que floreció en México, Guatemala, Honduras y Belice. Bajo el amparo del dios de la sabiduría, Itzamná, estos indígenas desarrollaron grandes obras de arquitectura, alfarería, escultura, cerámica, y crearon el sistema de escritura más avanzado del mundo prehispánico. Digno de admirar este antiguo pueblo, que continúa vivo en los seis millones de descendientes que aún ocupan su lugar en parte de las tierras de sus ancestros.

poetica

Foto por Andrea Torselli.

Cual llamado que a través de los tiempos nos conminara a erigirnos con el estandarte de las letras, un grupo de dieciocho escritores y poetas de Guatemala, Honduras, República Dominicana y Puerto Rico, acompañados por músicos, actores y actrices, acudimos, el 29 de julio de 2015, a Poética Musical, en Guatemala. Bajo la dirección de Armando Rivera, director de Indeleble Editores, y el lente de la fotógrafa Andrea Torselli, el teatro Dick Smith, IGA fue testigo de una noche de convergencia entre las artes. Como parte del evento se presentaron, en una forma muy creativa, cuatro libros: de Puerto Rico, el poemario Safo, ritual de la tristeza, de Rubis Camacho; y el libro de narrativa y poesía El umbral del destino, de Michelle Figueroa; de Guatemala, dos poemarios: Ritual rojo de la tristeza, de Fernando Gudiel; y Cuarto oscuro, de Gustavo Bracamonte. 

Los temas fueron diversos. Hubo, sin embargo, uno que imperó en la mayoría de los textos: la soledad. El poema de Rubis Camacho, Safo, ritual de la tristeza, al estilo épico, expone al lector a la soledad que experimenta la protagonista al perder a su amada: “¿En qué taza podré derramar todo mi hastío cuando ya no estés…?” Una representación teatral acompañó la pieza, y nos transportamos al tiempo de las tragedias griegas. La soledad, de la hondureña Ingrid Ortez, explora significados para ese sentimiento tan pesado que surge cuando se acaba el amor en la pareja: “la soledad hoy lleva tu nombre, tus ojos y tus manos”.Cien amos de soledad, cuento de Algia Ojeda, expone el tema desde la sumisión: “Soledad… Comenzó a entender que servir y complacer era su naturaleza. Si un amo se iba, otros diez tomaban su lugar”. María Dávila expresa: “hay tanta belleza en esta soledad”, en su poema Madrugada.

Mi poema, Sobre la soledad, ejemplifica con metáforas este sentimiento: “la soledad es la copa vacía que espera por el milagro”. Fue musicalizado por la talentosa joven cantante Trip Chatía. Los acordes pegajosos de la guitarra eléctrica y otros instrumentos musicales resonaron en el teatro al cierre del evento. Al final de tan extraordinaria presentación, el público y los artistas compartieron, rodeados de la magia provocada por la fusión artística en Poética Musical. Al día siguiente ofrecimos una lectura en el edificio de la Cooperación Española en la Antigua Guatemala. En un espacio más íntimo, tuvimos otra lectura ante un grupo de lectores. Al final, el acercamiento hermanado por las letras fue muy satisfactorio.

Pero la soledad fue solo la excusa de las musas para motivarnos a escribir. Fuera del escenario nos dimos a la tarea de conocer un poco más de la cuna de la civilización maya. Expuestos a paisajes y lugares nuevos, disfrutamos todo con el asombro inocente de los niños. Nuestros guías, Armando y Andrea, se esmeraron para que  nuestra estadía fuera una memorable, y lo lograron. Guatemala nos recibió con su espectáculo de naturaleza arrebatadora, exuberante y llena de colorido, donde los volcanes juegan un papel protagónico. Una belleza particular caracteriza a la población, en la que sobresalen 23 etnias de indígenas. La historia de la civilización maya, conservada y expuesta admirablemente en los museos, es motivo de profunda admiración. Interactuar con sus descendientes fue causa de gran regocijo para todos. En los mercados de artesanos se exhiben las bellas creaciones de manos trabajadoras, en su mayoría indígenas.

En uno de los poblados al otro lado del lago Atitlán, Santa Cruz La Laguna, nos maravillamos con la vista del hotel La Casa del Mundo. A lo lejos, tres volcanes en línea, majestuosos, atestiguaban nuestro paso por las tierras ancestrales. En San Juan La Laguna, otro de los poblados que bordean el lago, visitamos la fábrica de textiles. Allí, una mujer indígena nos mostró el proceso que llevan a cabo para confeccionar huipiles, estolas, rebozos y otras prendas, mientras su niña preciosa, acomodada en su espalda, nos miraba con curiosidad. En todos los lugares que visitamos, la hospitalidad de los guatemaltecos nos hizo sentir como en casa.

Cada viaje ofrece la oportunidad de reflexionar y de ponernos en sintonía con muchos aspectos de nuestra naturaleza humana y de la vida misma. La experiencia en Guatemala fue una excepcional, por la literatura, por la gente, por el país y por todo. Fue una semana de confraternidad, aprendizaje y crecimiento. Ante un mundo agobiado por tantas crisis, la literatura, la poesía y las artessiguen abriendo caminos para fomentar una mayor sensibilidad en nuestra raza humana.  

Atesoro la experiencia, y el recuerdo se magnifica ante la grandeza de su significado. Llena de gratitud, invoco a Jorge Luis Borges, releo el poema Los justos, y añado con reverencia: mujeres y hombres que ofrecen al mundo sus letras, artistas que ponen música y voz a la poesía, mujeres que transforman el algodón en belleza, unos guías que muestran su país con gran orgullo, personas de todas las etnias que trabajan día a día porque el trabajo dignifica y nos hace más humanos, una mujer que mira a su alrededor y se convence de que hay esperanza para la humanidad… esas personas, que muchas veces se ignoran, también están salvando al mundo.

*La autora es escritora y preside la Cofradía de Escritores de Puerto Rico.

Sortilegio

miriamPor Miriam Montes Mock

Tenía un nombre que iba con él: Renato. Era una mezcla de fortaleza (ahí la letra erre mayúscula, tan masculina; y luego la letra te, que evoca un macharrán escupiendo). Entonces su contraparte: las letras a, ene, o… con sus interesantes combinaciones y ambigüedades. Algo me provoca la mera mención de su nombre –Renato– como si la mezcolanza de sus consonantes y vocales obligara a pronunciarlo con voz lasciva. Ya había dicho Platón que los nombres tienen una correspondencia con las cualidades del sujeto que nombran. Así era Renato: “nacido de un rey”. Y yo lo amaba.

Era un hombre repleto de encantos. Los ojos saltones sobre un par de ojeras verdosas, como rana de charca en baboso musgo. Y la boquita… tan chirriquitita que apenas le cabían los dientes. Una curiosa combinación entre un sapo y una rata que se engulle de cuanta piltrafa encuentra a su paso, para luego relamerse las uñas, esos bellos garfios afilados con los que también se hurgaba la dentadura y extraía los residuos de su glotonería. La verdad es que… eran inusitadamente largas, sobre todo las de los meñiques que, montadas en sus manitas femeninas, ofrecían una imagen un tanto… seductora. No es desprecio; no es ironía. Créanme. Lo que me gusta de ese hombre es su incomprensible belleza. Pero era su retórica, esa cautivante jerga repleta de rimbombancias cuasi filosóficas lo que más me deslumbraba. Nadie se atrevía a cuestionarle aquellas arrebatadoras frases con las que embadurnaba sus coloquios.

Llevo años soñando que Renato bese mi boca –esta primorosa maxila de protuberancia alveolar y micrognacia mandibular. Pero sus turgentes ojos solo ven a la grotesca mujercita de sedosas y amelocotonadas mejillas, de dientes aburridamente alineados como oficiales de la Fuerza Naval Americana y sus adiposos labios de piel de cereza.

……

Nota: Este cuento fue uno de los 30 finalistas en el Décimo Campeonato Mundial de Cuento Corto Oral celebrado el 5 de junio de 2015 en la Universidad del Sagrado Corazón.

*La autora obtuvo un Bachillerato en Ciencias Naturales y una Maestría en Comunicación Pública con especialidad en periodismo, ambos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. También completó una maestría en Creación Literaria con especialidad en narrativa de la Universidad del Sagrado Corazón. Aquella manía de quererse en silencio, su primera novela, obtuvo dos primeros premios en The 2014 International Latino Book Awards, por Mejor Novela de Drama en Español y Mejor Primer Libro de Ficción en Español. Cursa estudios doctorales en Literatura de Puerto Rico y el Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de PR y el Caribe.