Por Marcial Torres Soto, MA
El orden de las palabras en una oración altera su significado. Cuando escribimos, ¿estamos atentos a cómo ordenamos las palabras en nuestro documento, o dicho de otra manera, a la sintaxis? Según el Diccionario de la Lengua Española, “sintaxis” es la parte de la gramática que estudia el modo en que se combinan las palabras. Escribir lo primero que se nos ocurra puede llevarnos a cometer errores y por ende, a malas interpretaciones y hasta grandes enojos con la gente. Veamos el ejemplo siguiente que leí en un cruza calles hace algún tiempo:
Se venden medias para mujeres baratas.
Como podrán notar la posición del modificador calificativo (lo que muchos quizá aprendimos como adjetivo) establece que las mujeres son baratas. Estoy seguro de que a algunos les parecerá cómica la oración, pero habrá muchas mujeres a las que no les será simpática tal aseveración. ¿Acaso fue esa la intención de quien mandó a hacer el cruza calles? Me parece que no; aunque hay ocasiones en que las agencias publicitarias alteran el orden en función de crear un impacto en quien lee los anuncios; pero eso no nos atañe en este momento. Sigamos.
La norma establece que el orden oracional es: sujeto – verbo – complemento directo – complemento indirecto y circunstancial. Que los modificadores calificativos (cualidades: bonito, feo, caro barato) y cuantificativos (muchos, varios, pocos), por lo general, van después de la cosa que modifican. En el ejemplo que nos ocupa, el problema es la posición del modificador “baratas”. Como medias y mujeres son sustantivos femeninos, dicho elemento puede referirse a cualquiera de los dos porque concuerda con el género,
Veamos estas combinaciones:
Se venden mujeres para baratas medias.
Para mujeres se venden baratas medias.
Mujeres venden medias baratas para se.
Nótese que, en todos los ejemplos, he utilizado los mismos elementos, es decir, las mismas palabras, pero los significados son algo extraño como consecuencia del orden de las palabras. El menos es el segundo ejemplo. Aquí lo que hace extraña la oración es que se antepuesto el calificador al sustantivo. Pero si colocásemos baratas después de medias, la oración funciona porque destacaría que es para mujeres lo que se vende. En ese caso hemos alterado la sintaxis en beneficio de que el lector se fije primero en mujeres, entendiendo así que las medias no son ni para niños ni para hombres. Veamos este otro ejemplo:
Medias baratas para mujeres se venden.
En lo anterior, el problema es que el verbo aparece al final de la oración, lo que hace que suene extraño y hasta un calco del inglés. Se recomienda que el verbo esté lo más cerca de su sujeto.
Así debió leer el cruza calles:
Se venden medias baratas para mujeres.
El sujeto (se) antecede al verbo (venden) , el calificador (baratas) está después del complemento directo (las medias) —¿qué es lo que “se” vende?, medias baratas—, y finalmente el complemento indirecto dativo —¿para quiénes?— para mujeres.
Así que a la hora de escribir, estemos atentos a cómo ordenamos las palabras y nos evitaremos problemas con quienes nos leen, aunque hay ocasiones en que el lector interpreta lo que quiere. Buenas letras.
*El autor es traductor certificado por la American Translators Association. Es egresado de la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón.