Buenos consejos para todo autor

Por Betty Díaz

Ray-Bradbury

Ray Bradbury es mundialmente conocido por obras como Farenheit 451 Crónicas marcianas. Pero en 2002 publicó su libro Zen en el arte de escribir en el que deja algunos consejos que sirven no sólo para un desarrollo literario, sino para un desarrollo personal. Algunos de sus consejos:

  1. No empieces con novelas

Escribir novelas es muy complicado y siempre suelen ser muy malas cuando uno es principiante. Escribe un cuento a la semana y después de un año encontraras que entre 52 cuentos alguno debe valer la pena.

  1. Puedes amarlos pero no ser ellos

Copiar el estilo de tus autores favoritos es una de las peores cosas que puedes hacer, no te enclaustres intentando perfeccionar el estilo de tus ídolos, crea el tuyo.

  1. Llena tu cabeza

Intenta leer un ensayo, un cuento y un poema (clásico) antes de dormir, no sólo debe ser literatura, incluye filosofía, biología, ciencia; en fin, de todo un poco, en unos años estarás lleno de toda clase de información.

  1. Deja a quienes no creen en ti

Las malas  compañías no te llevan a nada bueno, quien no cree en ti no te servirá de mucho, y a pesar de que la crítica siempre es buena, no es lo mismo alguien que te quiere ayudar a alguien que quiere que abandones lo que amas.

  1. Escribe por gusto

Que la gente sepa que tu “trabajo” lo haces por gusto y es reconfortante, pero lo verdaderamente importante es que  escribas sobre lo que amas, que sepas que lo que estás haciendo es lo que te hace feliz, que cuando dejas el teclado estas contando los minutos en los que regresaras a terminar una historia.

Le pedimos al escritor José Rabelo a que reaccione a estos consejos con sus propias recomendaciones. A continuación su lista:

jose-rabelo1

  1. Nútrete de todo arte: Además de la literatura las otras seis artes pueden servir  de inspiración para alguno de tus escritos. En mi caso comencé la escritura con el drama, más tarde como guionista. Algunos de esos intentos terminaron como obras teatrales en la iglesia y como algunos cortometrajes. Esto me ayudó a crear imágenes con la palabra, lo cual aún practico con mis textos. Creo que un cuento o una novela debe dejar impresas nuestras visiones en las mentes de los lectores y el cine me ayudó a desarrollar algún tipo de impresor óptico muy útil para mi labor como escritor.
  1. No le temas a la página en blanco o a la pantalla blanca: Nos toca a nosotros disminuir esa claridad excesiva con trazos, letras, palabras, párrafos. Javier Marías habla del concepto «pensamiento literario» el cual se activa al enfrentarnos con ese espacio vacío, nuestro retador, el cual debemos llenar con esas primeras palabras. Si no nos sentamos frente a ese hueco de luz, las palabras no se escribirán por sí solas.
  1. Lee mucho: No solo leas literatura sino acerca de toda disciplina que capte tu atención. Todas esas ideas esperan por alguien para que las transformen en cuentos o novelas. Busca noticias, artículos científicos, libros de historia, porque entre sus líneas pudieras encontrar  una trama escondida. La sensibilidad es un radar para detectar relatos en lugares insospechados.
  1. Viaja mucho: Ya sea con turismo interno, externo o interdimensional, es posible escuchar a un guía, un compañero de viaje o un habitante del lugar revelar la epifanía para ayudarte a desarrollar tu nuevo proyecto. Debes estar alerta a los estímulos del ambiente para ser atrapado por una idea reservada para ti.
  1. Escucha a los niños y jóvenes: Si te interesa la literatura infantil o juvenil presta atención a las conversaciones de tus menores. Su manera de ver el mundo es, a veces, como si vieran otro universo. Su vocabulario, su ideología y sus prioridades son materia de estudio, pero lo que captes de tus niños y jóvenes conocidos te puede ayudar a desarrollar una buena historia.
  1. El bloqueo llegará: Si sientes que se agotan tus ideas en medio de un trabajo de escritura, suelta lo que haces y relájate. Aléjate algunos días, visita lugares distintos, aventúrate a buscar nuevas experiencias y en algún lugar impredecible encontrarás lo que necesita tu texto. El tiempo puede ser variable, días, semanas, meses, años, pero si te atrapa ese escrito encontrarás lo que le hace falta.
  1. El escritor como todo ser humano necesita vacaciones: Lo has escuchado muchas veces,  «deja descansar el texto». En mi caso lo guardo varios meses para tratar de olvidarme de cómo lo escribí, luego lo puedo mirar con ojos nuevos como si fuera su primer lector. En esta lectura le descubro errores gramaticales y de concepto. A veces he tenido que cambiar la voz narrativa, alterar el orden de los sucesos y hasta quitarle o añadirle capítulos.
  1. Busca lectores: Para depurar tu trabajo, busca personas de confianza para que lo lean. Puedes conseguir correctores o personas con conocimientos en el campo que explora tu libro. Por ejemplo, si es una novela judicial, busca personas expertas en el campo del derecho. Si eres hombre y el personaje principal de tu novela es una chica, explora la posibilidad de lectoras para escuchar sus recomendaciones.
  1. No hay prisa: Tras los ocho consejos anteriores se percibe mucho trabajo y es cierto, escribir es una labor ardua, solitaria, pero que brinda muchas satisfacciones al ver el producto publicado. Toma tu tiempo para la investigación, escritura y revisión del libro.
  1. No le tengas miedo a las opiniones: Publica sin temor al qué dirán. Hay lectores que no les agradan algunos escritores clásicos, también hay rivalidades entre artistas y creadores frustrados por sus encuentros con la crítica literaria, pero si crees en lo que haces de seguro continuarás creando.